18 mayo, 2011

Midnight in Madrid

Celebramos la grandeza del arte. ¿A que suena bien? Dejamos atrás los Renoir Plaza de España con la sensación de haber ganado varios años de vida: Midnight in Paris, la última obra maestra de Woody Allen, delicia ambientada a ritmo de jazz en una de las ciudades más bonitas del mundo, es un brindis melancólico a la imaginación, los anhelos y el humor inteligente.
Solemos creer -cosas de la nostalgia o el idealismo- que cualquier época pasada pudo ser mejor, que el etéreo futuro nos recompensará nuestras sempiternas previsiones, pero definitivamente hemos nacido en esta era y debemos convertirla en un retrato legendario... Una edad de oro para ser felices aquí y ahora, pero también para actuar frente al desencanto: como los manifestantes de la plataforma Democracia Real Ya. "Los jóvenes salieron a la calle y súbitamente todos los partidos envejecieron" (El Roto). Son tiempos difíciles y seguro que bajo los adoquines apenas queda arena de playa, pero hay que reaccionar a tiempo. La avalancha de información nos convierte en unos insensibles y la tragedia de Lorca se suma a la lista de causas justas: ¿dónde te has metido, Empatía? Ayudemos todos: cada uno de nosotros, como decía el sabio, es una verdadera superpotencia. De todo esto, con entusiasmo y entre buena gente, hablábamos una medianoche espléndida en Madrid. Sí, invivible e insustituible. Como la vida misma. Como este preciso instante.