21 mayo, 2008

Viajando

Mi hermano es admirable. Escribo esto por si el pequeño gran genio lo lee en algún rincón del mundo: donde su infatigable espíritu viajero lo arrastre. Donde el corazón brinca. Donde sus vivencias se enriquecen. Quiero, en pocas líneas, recordar la importancia de viajar. Casi todo se cura en el camino. Y el verano acecha. Echemos mano de la agenda, calculemos el tiempo, el dinero disponible, reunamos ilusión y extraigamos el Rimbaud que brota desde dentro. Hasta la próxima huida.