Demasiado grande

Uno es bastante mitómano, lo reconozco. Admiro a quien tiene inquietudes y a quien hace su trabajo con vocación y talento. Ayer se confirmó que los genios nunca pierden la inteligencia y menos cuando se les aprieta. La lección del Gran Wyoming a la extrema derecha mediática fue tan colosal que sólo queda la ovación del respetable. El aplauso unánime. Y es que uno intuye que los mediocres no debieran meterse con los prodigios: tratar de dañar el prestigio a cualquier precio y sin fundamento, al final, te explota en tus propias manos.

¿Conocéis el caso del que hablo? Intereconomía, ese canal célebre por contratar matones para boicotear reportajes críticos y llevarse el gato al agua emponzoñada, emitió, sin comprobar la autenticidad, un vídeo –supuestamente de cámara oculta- en el que el Gran Wyoming vejaba a una becaria durante un ensayo de “El intermedio”. Tras difundirlo a todo volumen por la Red y dedicarle al maestro de ceremonias una retahíla de insultos que ni Losantos en plena úlcera, la jugada periodística del “showman” de La Sexta los ha dejado en fuera de juego. Se trataba de una trampa para demostrar que determinados elementos catódicos denigran sin argumento alguno. El susodicho vídeo era una farsa adrede que, desvelado el entuerto, acababa con un mensaje tan rotundo como victorioso: “Os la hemos colado”. Wyoming apostillaba con otro cartel: “Soy cabrón, pero no tanto”. Porque, seamos sinceros, a los pseudoprofesionales que no le llegan a la suela de los zapatos al Groucho Marx patrio les duele que piense mejor y más rápido que ellos. Cautivo y desarmado el programa de los ultras, ayer el Gran Wyoming se reafirmó como reverendo impagable, escurridizo, ejemplar, lúcido, demasiado grande. Caiga quien caiga.