08 diciembre, 2006

Buenafuente y compañía

Admiro a mis padres, a mi novia, a mi hermano, a mis familiares, a mis amigos y también a algunos genios de los medios de comunicación y del arte (dos términos que se funden cuando los buenos profesionales consiguen hacer arte de su trabajo). En fin, Andreu Buenafuente y su equipo han recibido otro Premio Ondas: esto demuestra que la profesión tiene sentido porque aún quedan malabaristas del del humor, del periodismo, del espectáculo inteligente. Buenafuente escribe en su página (www.andreubuenafuente.com):
En Este Momento
Viernes, 27 de octubre de 2006 - 12:29h.
Gracias a todos los que se han "creído" desde siempre el proyecto BF.Su energía nos ha llevado hasta el premio Ondas. Y la historia, sólo ha hecho que empezar...
Y uno desea que todas las noches sean como cada martes, miércoles y jueves con Buenafuente y su magistral compañía. Cuando uno ve sus programas, siente que la tele resucita. Cuando uno lee su concepto de la propia televisión, ese medio tan denostado, uno entiende todo. Enhorabuena y gracias a quienes valoráis las cosas bien hechas. Os debemos mucho. Salud y risas.
¿Por Qué?
Jueves, 5 de octubre de 2006 - 13:13h.
Los compañeros de la Academia de Televisión, me piden que conteste a éstas dos preguntas con motivo de un número especial que publicarán en breve.
-¿Por qué me gusta la televisión?Porque es lo más parecido a "hablar con alguien en persona". Porque pone todos los medios visuales a tu alcance para emocionar, informar, evadir y sorprender. Sobretodo sorprender. La vida real es repetitiva y previsible. La televisión es un paréntesi. Un oasis para los ojos y el cerebro. La buena televisión, claro.
-¿Por qué critico la televisión?No la critico. No me gusta esa palabra. Yo me "quejo" del poco compromiso de los profesionales con el medio. Con los valores éticos y artísticos del medio. Me refiero a todos. Directivos, programadores, directores de programa. Podemos hacer una tele mucho mejor y no sólo una excusa para poner anuncios. La constatación, muchas veces, de la decadencia moral de la tele me entristece porque me crié ante ella y ahora vivo dentro de ella.