22 octubre, 2007

La revolución

No fue para tanto porque siempre ha brillado con luz propia. Y, sin embargo, se mueve. El periódico global en español ("El País", renovado por dentro y por fuera) me proporcionó un domingo de lectura inteligente, surtida de contenidos interesantes y novedades en el diseño. Adelante. Como el pan de cada día, el diario es una necesidad. Ahora, por si faltara algo, "El País" también recoge la firma de Carlos Boyero, que se estrenó el viernes con la acidez que rezuman sus consideraciones cinéfilas. Ayer, por otro lado, el suplemento dominical de "El País" incluía un reportaje excepcional sobre Guantánamo, ese crimen de lesa humanidad consentido por todo el mundo. Justo acababa de ver "Camino a Guantánamo", así que me pilláis concienciado con los débiles, asaz disgustado con la inoperancia dirigente y absorto ante la violencia en esta deplorable prisión. Pero no sigamos por estos derroteros, que nos deprimimos. Otra mala noticia, pero ninguna más por hoy: el presentador de "La rosa de los vientos" de Onda Cero, Juan Antonio Cebrián, falleció el sábado, dejando más mermada la radio de calidad. Ya está bien de hablar de pseudo-profesionales que acaparan algunos programas (llámalos "programas") y ensucian la profesión con insultos infundados o porque injurian a la Corona -no necesariamente en jueves- sin que se prepare la revolución de la decencia. Pensemos en nombres propios de gente con criterio. Sea de donde sea. Cuidemos un poco nuestro terreno. Vaya fin de semana. Por fortuna, ha habido buenos momentos familiares, descanso, orden y concierto en casa, deporte, buen teatro... y ya es lunes. Ánimo. Besos.