28 enero, 2008

Ciudad explosiva

Vamos a empezar rotundos: a ver, que un friqui organizara un concurso sobre maravillas del mundo y equiparase el Cristo de Río de Janeiro con la Alhambra de Granada es una tomadura de pelo para cualquier alma sensible. Con todo el respeto por aquel país extraordinario, no existe comparación. Fin de semana en Granada y una experiencia única, imbuidos en el mestizaje, la jovialidad, el duende y la historia de esta ciudad explosiva... Nos tomamos las tapas más generosas que recuerdo (con permiso de mi querida Salamanca); paseamos por la Carrera del Darro; nos deleitamos en el centro arabesco por excelencia: la Alcaicería; visitamos la Alhambra en un recorrido largo y tendido; respiramos el frescor del Generalife; vibramos al calor del bullicio granadino; os saludamos desde lo alto del Mirador de San Nicolás en el barrio del Albaicín (¿nos visteis?), entramos en la casa del poeta de la libertad, García Lorca, donde también nos aguardaba Rimbaud... y bailamos al son de una danza del vientre en la Plaza Nueva bajo un sol de justicia en este enero diletante. A pesar del cansancio de este viaje mágico, sin relax, volvemos con las energías renovadas, deseando partir de nuevo hacia otro destino con encanto. ¿Te apuntas? Fdo.: dos personas con las suelas de viento.