30 enero, 2008

El Severo me duele...

La expresión es del Gran Wyoming, que hizo un espléndido documental defendiendo del escarnio a gente respetable de la sanidad pública. El tiempo y la justicia le han dado la razón, aunque muchos ya sospechábamos del embuste de la Comunidad de Madrid sobre ciertas prácticas en el hospital público Severo Ochoa de Leganés. El monstruo de Leganés tiene otro nombre: no es el doctor Montes, desde luego, sino otro tipo de inquietante aspecto. Y es que hay que acusar con firmeza, con pruebas, sin mezquindad ni falacias. Pero qué voy a contaros a estas alturas de la película. Trolas día sí, día también. El gran Juan Cruz celebra efeméride de su blog en "El País" y comenta el escándalo:

"Durante este año de blog, que se cumple ahora, ninguna noticia me ha producido una satisfacción más íntima, un gozo más grande, cercano, verdadero, humano, que la decisión del tribunal de justicia de restituir en sus derechos y en su honor a Montes y a sus compañeros médicos del hospital de Leganés. El cinismo persecutorio perpetrado por Aguirre, Lamela y la Cope -acompañados ahora por el silencio más ominoso- contra estos profesionales recordó la vieja Inquisición, y ahora ha sido desmontado en su babosa zafiedad".

Y por su parte, el ineludible Carlos Boyero, en su artículo de hoy, también recuerda a las "hienas" que campan por doquier:

"También veo viejas imágenes de un médico rodeado por una jauría con expresión linchadora que le llama asesino. Los jueces acaban de declararle inocente, pero ya le han jodido su trabajo y su vida. Se ocupaba de que los enfermos terminales no sufrieran más de lo necesario, de aliviar el dolor cuando llega la oscuridad. Y los amantes de los fetitos ajenos, los que están consiguiendo tratamiento de delincuentes para las mujeres que abortan, esa ancestral y apestosa casta de inquisidores, acaudillados por los buitres ensotanados y el democrático facherío de siempre, se permiten la impunidad de seguir cazando brujas".

... Otro severo golpe de la justicia a los mentirosos. Viva la buena gente. ¡Un médico en la sala!