21 abril, 2008

Perdonen que no me levante.

Así reza el epitafio de la tumba de Groucho Marx. O eso dicen. En todo caso, es providencial. Yo me disculpo por hacer ciertas preguntas a los políticos. Pésimo periodista quien cuestiona lo que mucha gente necesita conocer, quien mete el dedo en el ojo sin anunciarlo antes, quien simplemente hace su trabajo: ser la mosca cojonera del poder (cuando procede, claro). Os lo comento porque hoy he vivido un episodio harto curioso: tras enganchar verbalmente a un alto cargo de la Comunidad e inquirir por la actualidad polémica en su materia, se me acerca la jefa de prensa y me reprocha que no la haya puesto al corriente de tales interrogantes. Exacto: la lógica de este trabajo consiste en ejercer de escribas del gobierno de turno, en navegar río abajo, arrastrados: como los peces muertos. Mal acostumbrados. Que vuelva CQC, por favor. Hasta la próxima conexión. ynosloqueriamosperder@sermadridnorte.com