26 mayo, 2008

A la yugular, 1-2-3-4.

Ya está bien. Mientras algunos se rasgan las vestiduras por el representante de España en Eurovisión, nadie dice nada de que, justo antes de la actuación de Chiquilicuatre, el símbolo de nuestro país fuese un torero. Con respeto, pero con honestidad: ¿qué da más vergüenza? ¿Qué nos deshonra más, un sangriento y dudoso espectáculo consentido o una sátira de mejor o peor gusto? Y más preguntas: ¿Por qué Irubarri sabía todas las votaciones antes de que se produjeran? ¿Acaso el festival en sí no es un camelo? ¿Por qué existe tanta envidia hacia el éxito de El Terrat? ¿Qué intereses mediáticos hay en todo esto? ¿Alguien no vio Eurovisión? ¿Se merecía Eurovisión, visto lo visto, una burla mayor? ¿Soy demasiado purista o irreverente? ¿Perreasteis? Por supuesto, con perdón.