Transportes y tal

Entiendo que se reivindiquen los derechos de todos. Comprendo que las causas justas se merecen manifestaciones, concentraciones y el esfuerzo de la ciudadanía por conseguirlas. Ahora bien, que los transportistas estén perjudicando a toda España por el abusivo precio del carburante, que pagamos todos, me parece excesivo. Y que, junto con la Guardia Civil que los vigila, se mofen de los atascos que generan, no tiene perdón. Ojo, son sólo algunos de ellos, pero manchan la reputación del resto. Y si encima el metro falla cada dos por tres, los autobuses sufren el colapso cual turismos, las cuádrigas ya no se llevan y el transporte se torna imposible, apetece hacer un canto a la contemplación, las caminatas, el paseo y los peripatéticos. Ah, dos cosas: que figuren nuestras condolencias por las tragedias vividas durante la huelga y nuestro estupor por aquellas falacias de los instigadores de la guerra de Irak, que no han valido ni para controlar el petróleo (la verdadera motivación de la sangría ultra, qué canallada). ¡Buf! Sonríamos a pesar los pesares. Contexto: miércoles de un mes que sigue retrasando el verano, poca carretera y mucha manta todavía. Que alguien se apiade de nosotros. Si no, nosotros mismos podemos, como la selección de fútbol. Que no se diga. Besos.

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