30 julio, 2008

Obrigado, thanks, tessekür ederim...

Gracias por todo. Por acompañarnos en la distancia más cercana. El verano de julio se fue como un rayo de luz montado en bicicleta, que dice la canción. Nos bañamos en loor de multitudes, de marcos incomparables, de sabores, olores y tactos: todo comenzó con la euforia de la Eurocopa, cuya final vivimos con la familia en Yecla (Murcia); después llegaron el calor y la reflexión en la playa de Tavernes, el apasionante y hermoso bullicio de Estambul y las delicias turcas, la calma de Santander y Santoña, las joyas naturales y urbanas de Portugal y, desde anteayer, la ciudad invivible pero insustituible. Pongamos que hablo de Madrid y, no sin nostalgia, de cada rincón que nos enamoró. Volvemos a conectarnos. Con cariño, gracias.