02 marzo, 2009

Garra y talento

¡Feliz semana! Leía hoy en el gimnasio (mens sana in corpore sano) una entrevista con Figo, a la sazón mi ídolo, y admiraba su pundonor, la clase y el afán indomable por ganar, por dejarse la piel en lo que hacía: jugar al fútbol como Dios. Estrellas como él dignifican el deporte, generan temblor en los cimientos del tedio de las tácticas y las estrategias, rompen barreras teóricas y conducen al extremo la ilusión por desbordar cualquier previsión como si se tratase de un defensa más. Gran reto: garra y talento. Así me lo planteaba yo, rindiendo tributo y pleitesía a esos zidanes que arrancan vítores de la grada, cuando dominaba el balón –modestia aparte- con autoridad y elegancia. Hay quien dice que con la edad no se olvidan los principios, pero flaquean las fuerzas. Y es cierto: llevo un tiempo pensándolo, con miedo a que la valía de antaño se atenúe; y, en el caso del fútbol, aunque reconozco que brillaba en cada partido, no soy la sombra de lo que fui. En mi equipo nos sucede que, como el poeta, a veces nos cansamos de ser hombres (ahorraos el chiste, cachondos). Aún nos queda arte, pero se nota el cúmulo de obligaciones y los nuevos anhelos. Este año me convierto en treintañero y, aunque seguimos joviales y apolíneos, me impone la cifra. Mi hermano, genio y figura, afirma que la existencia sufre una crisis al cambiar de década, pero me invita a crear expectativas como las que, realmente, aparecen en el horizonte inmediato. Escribía Vicent ayer mismo que sobrevaloramos el pasado y el futuro. Carpe Diem. Necesito ayuda, como cantaban Los Beatles, si bien tengo la corazonada de que nada ni nadie mermará los sueños, las ganas de darlo todo, el sentido del humor y esta implacable e irrefrenable actitud hiperactiva, senda de perdedores cual Bukowski o vencedores cual muchos mitos terrenales. Lo importante es participar. Alea Iacta Est.

P.D.: Hoy me he entregado a la reflexión. Disculpadme. Será el espíritu del lunes. Gracias por todo. Grandiosos vuestros comentarios.