Feliz retorno, familiares y amigos. Ha sido otro puente fantástico, en fuera de juego, con muy buena gente. A continuación, para amenizar la velada, os presento un par de estampas de actualidad y algún apunte antes de hacerme definitivamente asceta: el día necesita mil horas más. Primero, un recuerdo de la feria gallega que nos convocó entre marisco, alegría y morriña desatada a los periodistas del norte… de Madrid. Y segundo, el potente cartel de
una cita extraordinaria: un servidor ejercerá de conductor de la gala con más voluntad que Azorín, que pasó por Yecla: San Isidro promete grandes momentos aquí, en la capital, pero también allá, donde las fiestas brillan con luz propia y son consideradas de interés turístico regional. Y apostillo: qué ganas.
¡Os espero a todos!
Por último, ya está en boga la revista de la “Peña Madridista de Alcobendas”, que hemos elaborado entre varios profesionales. Ahora bien, vaya época para publicarla tras el baño que nos dieron los de la ciudad condal… Justicia poética, baile de salón en el Bernabéu, lo del fin de semana fue apoteósico. A veces, me he definido como “merengue culé” porque admiro al Barca, me fascina su juego, ficharía a medio equipo, me emociona Messi, me extasían Xavi e Iniesta, me cae muy bien Guardiola; en fin, coincido con Carlos Boyero en aquello de que, desde Zidane y Figo, nadie salta del asiento viendo al Real Madrid: echo de menos su fútbol glorioso, con permiso. La normalidad de la afición: lejos del forofismo, la decadencia, el tremendismo o la desidia. Hemos contemplado a los mejores del mundo: nos hemos quitado el sombrero. Toca tomar nota. Supongo que habrá más personas que me comprendan y que, a pesar de ser de un determinado club, valoren y festejen el deporte elevado al máximo exponente, el espectáculo y la capacidad de ganar deleitando, fieles a un estilo. A continuación, os copio un artículo sobre la inauguración de la Peña de la que hablaba:
“Qué noche la de aquel año. La Luna lucía más blanca que nunca. La Peña Madridista de Alcobendas se estrenaba por todo lo alto el pasado 22 de enero y Valdelasfuentes era una fiesta. Un sueño hecho realidad.
Micrófono en ristre para mis reportajes de la Cadena SER y Localia Madrid Norte, me deslicé entre las celebridades y conté las glorias deportivas con el sentido del humor contagioso de las grandes citas. Sobre mis preguntas, debo aclarar que indiscretas –en todo caso- son las respuestas. Mientras el presidente de la Peña, Paco García, animaba a los vecinos de Alcobendas a apuntarse, Toñín “El Torero” salía del fuera de juego dialéctico con un regate entusiasta: “¿Cómo que nos vamos a quedar en blanco este año? ¡Vamos a remontar!”. De ilusiones se vive, claro. Y no todo está perdido, queridos lectores. El alcalde, Ignacio García de Vinuesa, me daba la razón, fíjate tú qué importante, cuando apostillaba: “Hoy, de postre, merengue”. Y sin segundas. El concejal de deportes, Pablo Salazar, se mostraba encantado y divertido con esta inauguración al tiempo que la reportera del programa de Quequé ponía en un brete a ex jugadores célebres. Un emocionado José Luis Eugenia, responsable de las relaciones externas de la Peña, me reprendía con sorna por la mordacidad de mis opiniones, ahora que tan fácil es hacer leña del árbol caído del club que otrora levantaba al Bernabéu.
Aún hay más. La jornada histórica se rubricó con un convite en el Asador de la Vega, donde Tomás Roncero (diario As) y muchos colegas del gremio se acercaron a felicitar a los artífices. Con el buche lleno, la satisfacción del deber cumplido y la primera piedra puesta para corear “¡Hala, Madrid!” en Alcobendas, salimos a la calle y el frío invernal cedió el paso, por un momento, al calor de la afición: que es sentimiento”.
Hasta la próxima huida.
Salud, risas, abrazos.
Mientras Madrid despide mayo entre ferias del libro, flores, sol y anhelos de un verano que nos reconfortará en cuerpo y alma, un servidor viaja de nuevo a Yecla. Pero volveremos: quedan demasiadas cosas por ver, oír y contar. Y muchos viajes. 
