Batallitas a la vista

Recuerdo que llegué tarde a la facultad, era la primera hora de la mañana y en el cambio de clase el profesor Bustamante –no confundir con- me preguntó: “Jorge, ¿qué te ha pasado?”. Y le respondí con cierto rubor: “Es que vengo de ver el programa de Gomaespuma en M80”. Sonrió y dijo algo así como “Entonces no importa, ¡haberte quedado hasta el final!”. Un efecto parecido al “Yo leo a Kierkegaard” de Faemino y Cansado.

Me explico: si de por medio existe buena fe (“Dios menguante”, que dirían ellos), como cuando uno se topa con gente como Gomaespuma, ¡todo está justificado! ¡Viva la vida (con permiso de Coldplay)! ¡Medio mundo evoca con cariño algunos gags o situaciones de estos maestros de la radio! Miles de oyentes y periodistas admiran la espontaneidad y el ingenio de un dúo que nos ha informado y divertido durante años y que, además, dedica parte de su tiempo a la solidaridad: acaso un concepto trillado, pero siempre imprescindible (y más en esta época turbulenta). Así, con humor y entrega, el equipo de la Fundación Gomaespuma no deja de ayudar a los sectores más desfavorecidos de aquí y allá mediante festivales y actos que fomentan la cultura entre los pueblos. Y sugiero que no os los perdáis. Del “Flamenco Pa Tós” al reciente maratón sirviendo cañas en un local de Madrid, cada iniciativa reafirma la calidad personal y profesional de estos dos lechones inimitables: Juan Luis Cano y Guillermo Fesser. Y ya puestos, me maravilla su cercanía: da igual que los llame desde la SER, el Círculo de Bellas Artes, Radio Villalba, un periódico, mi casa o un centro cultural de barrio… Siempre se prestan a colaborar, a contagiar su felicidad: te iluminan con su experiencia y te hacen sentir como si fueras un amigo de siempre. Al fin y al cabo, como me dijo una vez Cándida (la gran crítica cinematográfica de Gomaespuma), “¡en los mismos platos hemos comido todos!”. Integridad y sencillez que bien debieran aplicarse muchos a nuestro alrededor, ¿verdad?

En fin, ahora cuéntame tus propias batallitas y recibe “un saludo con orejas” (sic). ¡Gracias!
P.D.: Me tenéis en Noticias Madrid Norte y en el mundo entero. Gracias por el afecto.