En lontananza

Puede que el horizonte se confunda con un negro telón, como canta el rockero, pero tras la tempestad llegará la calma. Frente a la crisis, optimismo y 18% de IVA: como en Europa, que hay que modernizarse, pero con la mitad de salario. Sí, queridos lectores, intuyo que somos muchos los que aborrecemos esta política económica, pero tampoco encuentro críticas constructivas ni alternativas decentes. La realidad es una alucinación colectiva, decía El Roto. Y, tal vez en este –para algunos- etéreo Estado del Bienestar, uno empieza a creer sólo en la gente cercana: la que te ayuda en el día a día, de tú a tú, y se aleja de las estadísticas globales que nunca sabes de dónde vienen ni adónde van. Uno sospecha, como apuntan mis sabios padres, que el movimiento se demuestra andando: ya basta de palabras y estrategias de comunicación. Fuera los tópicos.

Los hechos mandan. Y que un juez que investiga los crímenes del franquismo sufra represalias, que haya quien se cierre en banda al progreso social por mor de su moralidad, que los jerifaltes se cubran sus vergüenzas y nadie asuma responsabilidades cuando meten la mano en la hucha o celebran orgías en casas privadas, que ciertos jóvenes se enerven cuando les prohíben el botellón y no cuando se les niega el acceso a la vivienda, que el trabajo escasee y la conciliación brille por su ausencia o que nos tomemos en serio cosas que deberíamos relativizar… nos define como personas. De aquí en adelante, prometedme que todos seremos más íntegros, generosos y nos reiremos de la vida. Tengo una corazonada.

Gracias y besos por doquier.

P.D.: La fotografía la adjuntan Tene y Guaya, sublimes amigos de Gran Canaria con un horizonte tan espectacular como la isla que nos mostraron. Imaginad que suena Green Day, que me consta que anoche coronaron Madrid: When september ends...
Y feliz octubre, a pesar de la crisis.